Por: César Zaldumbide, editor de temas de turismo y aventuras en ambientes naturales de la Amazonia.
La megadiversidad, que exhibe Ecuador en su flora y fauna, se presenta también en las ancestrales maneras de alimentarse que conservan los habitantes de sus cuatro regiones naturales: Galápagos, Costa, los Andes y la Amazonía.
Cada una mantiene sus especialidades, pero los más exóticos fogones del país están en la Amazonía, en donde varias nacionalidades indígenas conservan su propio idioma y también su particular manera de obtener y guisar los alimentos, que provienen fundamentalmente de la selva y la chacra aborigen.
La comida y costumbres alimentarias vernáculas se mantienen pese a que en las ciudades de la Amazonía es posible encontrar un mosaico de sabores provenientes de todo el Ecuador y aún del exterior, con platos de la rica sazón esmeraldeña, la exquisita comida manaba, los tentadores mariscos costeños, la suculenta cocina serrana y, por si fuera poco, una rica comida internacional, pues también hay algunos lodges y restaurantes que han aportado sus fórmulas culinarias para ampliar notablemente la oferta gastronómica de la región. Este espectro culinario ha sido ampliado por los inmigrantes que han llegado a la Amazonía en los últimos 40 años trayendo consigo lo que más podrían extrañar: su comida.
El arroz, harinas, salsas, fideos y otros productos de la oferta de restaurantes y supermercados no han logrado desplazar, sin embargo, a los alimentos originarios, que prevalecen en la dieta alimenticia de la población local. La auténtica población indígena, que vive en casas o comunidades dispersas en la selva, prefiere los productos de la chacra itinerante y los que provee la selva a través de la recolección, la caza y la pesca.
La apetecida carne de monte
Parte de las proteínas proviene de la cacería de monos, guatusas, charapas, (tortugas endémicas de las que se consumen inclusive los huevos que depositan en las orillas), guantas, aves, guanganas, culebras; sin embargo la oferta pública de carne de animales silvestres es ahora penada por la Ley. La cacería es permitida solo para comunidades indígenas que habitan en áreas protegidas, para su consumo exclusivo mas no para ofertar el producto de la cacería en restaurantes y mercados como sucedía hasta hace pocos años.
La Constitución vigente en Ecuador, que reconoce derechos a la naturaleza, ha sido concebida de acuerdo a la cosmovisión de los pueblos aborígenes para salvaguardar los ricos ecosistemas del país. Estas disposiciones legales se han visto reforzadas en los últimos años con la evolución de la conciencia ambiental, particularmente de turistas de naturaleza que ahora prefieren ver aves y monos en los árboles antes que en platos sobre una mesa. Hoy en día, la población nativa de ciertas zonas incrementa la crianza de aves como gallinas y patos para sustituir la carne de la cacería.
Aunque este blog es para abordar temas relacionados más directamente con sabores, colores y texturas de refinados bocados, es propicio el espacio para valorar las tradiciones gastronómicas de los pueblos aborígenes y para encarecer que en las visitas a la Amazonía, sobre todo a las comunidades indígenas, el turista se abstenga de solicitar carne de monte o comidas extrañas al medio para preservar culturas y naturaleza. Amén.
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